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Relatos participantes 2024

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EL HÁBITO NO HACE AL MONJE

C.E.O. de CORESES
1º ESO

Había una vez un señor que vivía en Villalube y trabajaba en una panadería. Como en este pueblo cada vez había menos gente, sobre todo en invierno, y los que vivían trabajaban fuera, casi nadie iba a comprarle el pan ni ninguno de sus productos, por lo que tenía menos trabajo y más que ahorrar.

Aun así, hacía poco que la fibra había llegado al municipio y decidió contratar Netflix para dedicar sus tardes a uno de sus hobbies: ver películas. Una tarde, mientras veía la que para él era la mejor película de la historia, El padrino, se le ocurrió que podría cerrar la panadería y abrir en su lugar una tienda de trajes, corbatas y pajaritas, pues era un negocio con el que no tenía competencia.

Un domingo durante un vermú les comentó a sus amigos su idea y estos lo tomaron por loco. Le dijeron que no tendría ningún éxito, pues la gente de pueblo como ellos solía usar ropa más cómoda para trabajar en el campo, como los monos o unos simples vaqueros, con camisa y jersey y los trajes eran para señoritos de ciudad. Sin embargo, tras el anuncio de la boda de la hija de la alcaldesa a la que muchos de ellos estaban invitados, se dieron cuenta de que en la ciudad más cercana a ellos no vendían mucha variedad de pajaritas y, si querían una, debían desplazarse a muchos kilómetros; por eso, apoyaron a su paisano.

Meses más tarde, este abrió su tienda nueva y tuvo mucho éxito entre toda la gente de los pueblos de alrededor. A partir de entonces, los señores que llamaban señoritos a los que llevaban traje empezaron a llevarlo los días de domingo y se dieron cuenta de que el hábito no hace al monje y de que ellos, por ser hombres de campo, no tenían por qué no usar también ropa elegante.

LA LECHE DE PUEBLO

C.E.O. de CORESES
2º ESO

Manolo era un ganadero que vivía en la España vaciada. Debido a esto, no podía vender su producción de leche y no tenía dinero para pagar la comida de sus vacas. Por eso, decidió ir a la ciudad a poner carteles donde ofertaba su leche con el eslogan: “Leche barata, buena y sana”.
Unos días más tarde, unos extranjeros que estaban visitando la ciudad y sabían español vieron el cartel y, sorprendidos por el eslogan, decidieron ir a visitar el pueblo donde residía Manolo e ir a probar la leche de sus vacas. 
Una vez allí, estos la probaron y reconocieron que era la mejor leche que habían tomado nunca. El ganadero, con lágrimas en los ojos, les contó que, por desgracia, debido a la escasez de población en su pueblo no era capaz de sacar su producción adelante e iba a tener que vender sus vacas y buscarse un trabajo nuevo, abandonando así su profesión soñada: ser ganadero. 
Los extranjeros le dijeron que no se preocupase, que era su día de suerte, pues ellos tenían una empresa de distribución y podían ayudarlo a vender su leche internacionalmente. El ganadero aceptó y su producción se hizo tan famosa que necesitó contratar a más gente para ayudarlo a ordeñar nuevas vacas, por lo que la población residente en su pueblo empezó a crecer. Además, el nombre de su pueblo alcanzó tanta fama que ya no era visto como un pueblucho de la España vaciada donde no querer ir a vivir, sino como un municipio más donde poder vivir tranquilamente. 

LAS AVENTURAS DE MARIANO EL MARCIANO

C.E.O. de CORESES
3º ESO

En un soleado y espléndido día de verano, de repente, el tiempo se empezó a revolver y el cielo se nubló. Desde las nubes apareció un ovni y aterrizó en el campo de fútbol de un pueblo abandonado llamado Coreses. 
Al aterrizar, un marciano, al que apodaron después Mariano, bajó de la nave para inspeccionar la zona. Percibió que muy poca gente vivía por allí y encontró un edificio en ruinas que le llamó la atención. Pensó que podría restaurarlo y crear allí una empresa de rejuvenecimiento para que en un futuro el pueblo volviera a tener población. El mismo día que llegó empezó con su restauración, ya que estaba muy emocionado por poder lograr lo que se había propuesto. 
Pasados unos meses, la empresa ya estaba construida y en funcionamiento y empezó a tener los primeros clientes debido a que proporcionaba a sus habitantes algo novedoso: poder volver a ser jóvenes. A los clientes, incluso de fuera de Coreses, les gustó tanto que le pidieron empleo a Mariano y este aceptó; pero, a cambio, tenían que quedarse a vivir en el pueblo para repoblarlo. Aceptaron y se construyeron casas nuevas.
Tiempo después, el pueblo se volvió a repoblar y creció tanto que parecía una ciudad. Mariano había logrado lo que muchos otros habitantes no habían hecho antes: crear un negocio nuevo que le permitiese vivir en un pueblo desconocido y, al mismo tiempo, dar trabajo a sus habitantes. Ojalá hubiese muchas más personas como él que vean nuestra España vaciada como lugares de oportunidades y no como espacios en ruinas. 

VERANO EN EL PUEBLO

C.E.O. de CORESES
4º ESO

Hoy es 15 de agosto, la fiesta de la Virgen de la Asunción de Coreses y tengo el cuerpo molido. Son las doce de la mañana y todavía sigo en la cama porque anoche llegamos muy tarde. ¡Qué bien me lo he pasado con mis amigos! Me imagino que seguirán en la cama, igual que yo. Es que cada año me lo paso mejor. Cómo se nota que ellos no tienen estas fiestas en sus ciudades… ¡Uy!, se oye movimiento en casa. La gente debe de estar preparándose para la misa. Voy a aprovechar estos últimos minutos en la cama. Me da pena que quedan pocos días de fiestas y se van todos mis amigos de la ciudad. Y es que parece que llegaron hace dos días. Los que vivimos en Coreses nos pasamos el año esperando a que vengan y ellos, por su parte, esperando a venir para pasárselo bien de verdad: ir a orquestas de otros pueblos sin tener hora limitada, ir juntos a la piscina, ir a las bodegas, ir al teso Mayo…Eso sí, con una voz sabemos que hay que volver a casa inmediatamente. También alguna noche loca hacemos cosas más «emocionantes», como entrar en casas abandonadas, ir a melonares, mover remolques, robar gallinas… Nuestros amigos de la ciudad se quedan al principio sorprendidos y con muchas ganas de hacerlo ellos también. ¿Habrá plantado este año el matagatos también sandías? ¿Se habrá caído el tejado de la casa del señor Serapio ‒en paz descanse el hombre‒? Cuántas veces hemos tenidos que salir corriendo del melonar del señor Cástulo cargados de melones y sandías… Otras noches nos da por tocar timbres y huir, es decir, jugar a la mano negra, aunque en más de una ocasión ya ha hablado con nuestros padres alguna de nuestras víctimas y nos ha caído la consecuente bronca… También solemos ir al tejadillo a hablar y a ver las estrellas… ‒ ¡Toc, toc! ‒ Ya me están llamando para que me prepare para la misa un año más. Menos mal que después tenemos el convite y comemos embutido y empanadas, pero bueno, como ya dije, esto se acaba. Pronto quedaremos los cuatro de siempre, esperando a que llegue el verano otra vez. Mientras, ellos, los de la ciudad, hacen lo mismo y les cuentan a sus amigos lo que genial que es el pueblo. Nosotros esperamos, aburridos, aquí. 

PALABRAS SABIAS

I.E.S. TIERRA DE CAMPOS de VILLALPANDO
Araceli García - 2º ESO

Julia era una chica de 15 años que vivía en un pequeño pueblo de Castilla y León. Desde que era pequeña, había visto cómo cada año la población de su pueblo iba disminuyendo gradualmente. Muchos de sus amigos y familiares se habían mudado a la ciudad en busca de oportunidades que en el campo no podían encontrar.

Julia siempre se preguntaba por qué la gente abandonaba su bonito pueblo. Ella amaba la tranquilidad y la naturaleza que la rodeaban, y no podía imaginar vivir en un lugar distinto. Sin embargo, cada vez era más difícil encontrar niños de su edad para jugar o charlar. 

Un día, Julia decidió investigar más sobre la despoblación en Castilla y León. Descubrió que la falta de empleo, los servicios básicos limitados y la falta de oportunidades educativas eran algunas de las razones por las que la gente se marchaba. También se enteró de que su región era una de las más afectadas por este problema en toda España.

Decidió hacer algo al respecto. Julia se unió a un pequeño grupo de jóvenes de su pueblo que estaban trabajando en un proyecto para revitalizar la zona y atraer a nuevos habitantes. Juntos, organizaron eventos culturales, ferias de emprendimiento y actividades deportivas para dar a conocer las bellezas de su región y mostrar que no todo era negativo en el campo. 

Poco a poco, la noticia de las iniciativas de Julia y sus amigos se fue propagando y comenzaron a recibir visitantes de otras partes de España interesados en conocer su proyecto. Algunos incluso decidieron quedarse a vivir en el pueblo, atraídos por la calidad de vida y la hospitalidad de sus habitantes. 

La situación empezó a acabar en un orgullo para Julia, por estar contribuyendo a la lucha contra la despoblación en su región. Sin embargo, aún quedaba mucho por hacer y ella sabía que necesitaba la ayuda de todos para lograr un cambio verdadero. 

Un día, mientras paseaba por el campo, Julia se encontró con un anciano que vivía solo en una pequeña casa. Hablaron durante horas sobre la vida en el pueblo y las dificultades que enfrentaban. El anciano le contó que había decidido quedarse a pesar de que muchos de sus amigos se habían ido, porque amaba su tierra y quería seguir cuidándola hasta el final de sus días. 

Las palabras del anciano resonaron en el corazón de Julia, quien comprendió que la verdadera fuerza de un lugar no estaba en su tamaño o en su población sino en el amor y la dedicación de quienes lo habitaban. Decidió entonces que seguiría luchando por su pueblo, no solo por él, sino por las generaciones futuras, que merecían crecer en un entorno sano y próspero. 

Con el paso de los años, Julia se convirtió en una líder comunitaria, respetada en su región, y su pueblo volvió a florecer gracias a la colaboración de todos sus habitantes. La despoblación ya no era una amenaza, sino una lección que les habían enseñado a unirse como comunidad y a valorar lo que tenían.

Julia nunca olvidó aquel encuentro con el anciano que le había mostrado el verdadero significado de pertenecer a un lugar. Siempre recordaba sus palabras con gratitud y seguía trabajando para guardar la belleza de su tierra y la esperanza de un futuro mejor para todos los que la habitaban. 
 

ENTRE CAMPOS Y SUEÑOS: LA RESURRECCIÓN DE UN PUEBLO OLVIDADO

I.E.S. TIERRA DE CAMPOS de VILLALPANDOCURSO

David Centenero y Julián Alonso

En las vastas llanuras de la España rural, donde el tiempo parece detenerse entre campos de trigo dorados y pueblos envejecidos por el olvido, se encuentra la esencia de la España vaciada. En uno de esos pueblos, perdido entre montañas y valles, vivía Marta, una joven que nunca había conocido otra realidad más que la de su pequeña comunidad.

Desde que era una niña, Marta había escuchado las historias de cómo el éxodo rural había dejado huérfanos los pueblos, cómo las casas se vaciaban y las calles se llenaban de eco. Pero ella siempre se aferró a la esperanza de que algún día las cosas cambiarían.

Un día, mientras recogía agua del pozo en la plaza central, Marta vio llegar un automóvil desconocido. De él bajó un hombre con aspecto de forastero, llevando consigo un aire de novedad y posibilidad. Se presentó como Alberto, un urbanita en busca de desconexión y autenticidad. 

Alberto se mostró fascinado por la vida en el pueblo, admirando la sencillez de sus habitantes y la belleza de su entorno. Poco a poco entabló amistad con Marta y otros lugareños, compartiendo sus experiencias de la gran ciudad y escuchando con interés historias de la España Rural. 

Marta y Alberto, símbolos de la transformación rural, lucharon incansablemente para revitalizar su pueblo, afrontando obstáculos y falta de apoyo institucional. A pesar de las dificultades su dedicación atrajo visitantes y turistas, devolviendo la vida a las calles abandonadas y los hogares deshabitados. Su historia inspiró a otros pueblos, iniciando un renacimiento rural que desafiaba las creencias de que el pasado definía el destino de la España vaciada. 
 

EL VERANO

I.E.S. TIERRA DE CAMPOS de VILLALPANDOCURSO

David Suárez - 3º ESO

Esta historia trata en un pueblo de Castilla y León con poco más de 500 habitantes. Se sitúa en las vacaciones de verano, que viene mucha gente de fuera: vascos, asturianos, de Madrid… Que la mayoría que vienen son adolescentes y son de ciudad, vienen todos los años al pueblo tienen ya un equipo de amigos hechos ya de antes.

Javier nuestro protagonista es un chaval de 15 años, divertido, extrovertido, gracioso, bajito y está fibrado. Javier vive en un pueblo durante todo el año junto a María y a Laura. Javier y María tienen 15 años y Laura 16 años. Son amigos de toda la vida son un trio inseparable y encima sus padres son amigos de cuando eran pequeños. El trio se juntan con varias personas que vienen de fuera, con tres vascos, dos asturianos y un madrileño, son amigos desde hace mucho tiempo y se llevan muy bien, siempre van juntos todos a cualquier lado, a la piscina, al parque, al frontón, de fiesta… Y este grupo en el pueblo se le conoce como el jarro. 

El grupo jarro normalmente quedan para ir a la piscina municipal, y luego se van al frontón, a la noche sobre las 11 de la noche quedan para ir a su guarida y hablar. Su guarida está en unos pisos abandonados por donde nadie pasa a las afueras del pueblo y siempre van ahí de noche para hablar. Esta noche los vascos que son Irinha, Ander y Aner, los asturianos que son gemelos y se llaman Emma y Guillermo y el madrileño David que tienen entre 15 y 17 años, estuvieron discutiendo entre ellos los pros y los contras de estar en el pueblo: uno decía que en el pueblo el cielo está más despejado que en la ciudad, que hay poca gente y no te agobias, hay menos personas jóvenes… al día siguiente hicieron lo mismo excepto por la noche que fueron a la guarida a discutir los pros y los contras de estar en la ciudad: hay más tiendas, hay más gente, mucha más contaminación y menos vegetación… Así estuvieron casi todo el verano hasta que una semana antes de San Roque estuvieron preparando la peña en la guarida y encontraron cosas que le servirían para la peña en el punto limpio, lo llevaron desde el punto limpio hasta la peña andando, en carretilla, etc. Lo único malo de hacer la peña allí es que no tienen electricidad, pero Javier les guarda un poco de bebida en su merendero, pero para que la bebida este fría llevan hielo.

Cuando llegó San Roque salieron de fiesta todo el grupo jarro que vino un dj, a las 4:00 Javier le dijo a David de darse una vuelta para airearse a hablar de cosas, estuvieron hablando de que los estudios en el pueblo tienes que ir a otro pueblo, que es más feliz estar en un pueblo porque te reconocen y tu conoces a todos y más cosas. Otro día había un dj que no les molaba mucho así que se fueron a otro pueblo a otro dj más famoso y en ese pueblo Javier conoció a una chica que le atraía que se llama Leyre que tenían gustos parecidos, se intercambiaron números y al final de la noche se liaron. Pasaron las fiestas el verano hasta que llegó el último día de verano hicieron su rutina quedaron para ir a la piscina, luego fueron al frontón y en vez de ir a casa a cenar fueron a cenar a la guarida todo el grupo jarro. Cenaron y después de cenar Javier quiso decir a todo el grupo que el otro día que se fueron al otro pueblo se lio y se habló con una chica llamada Leyre de ese pueblo y todos le dieron la enhorabuena, le dieron consejos y se ayudaron. Cuando se iban a ir para despedirse hasta el otro año empezaron a llorar todos y se estaban despidiéndose abrazándose hasta que se fueron todos a su casa hasta el otro año. 

Dedicado a mi profesora DJ
 

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